Lo que no se ve allá fuera
existe por nosotros.
ALEISTER CROWLEY
I
: Completamente unheimlich: una mixtura deshilachada de los devaneos de Fracis Bacon y Beksiński. Así podríamos definir la pintura cibernética del desconocido y hermético artista islandés Úlfur Guðmunsson, cuyos ¿lienzos? (hemos de llamarlos de alguna manera) están compuestos por megapíxeles borrosos, fotos rescatadas de internet y grandes dosis de imaginación truculenta espolvoreada de unos cuantos halos apocalípticos y angustias estelares varias :______
: : En muchas entrevistas, Guðmunsson ha declarado que él no pretende hundir sus psicodélicas manos en el nítido estanque de la consciencia humana, sino adentrarse en la imitación de las consciencias inhumanas y/o artificiales para acabar asimilándose a ellas y, así, trascender las limitaciones temporales de la carne gelatinosa y móvil. ((Éste sería nuestro final fatal {o no tan fatal} predestinado, según él: o morir o convertirse en máquina)). De este modo el artista construye obras inspirándose en lo que, a día de hoy, las IA’s nos pueden ofrecer con respecto a la generación automática de imágenes : :_______
: : : Como vemos, la antigua mímesis vuelve a nuestra época con toda potencia, pero eso sí: llega con los rizos mucho más ondulados. Hete aquí el ultrarretruécano. Ahora no se copia a la naturaleza –como teorizaban los insignes filósofos griegos–, sino que se copia la deformación onírica de la naturaleza que las inteligencias artificiales, debido a su escaso recorrido de aprendizaje interactivo, producen : : :________
: : : : Y de repente, nosotros, personas de carne y hueso y sangre y nervios y bufanda, con sentimientos y pensamientos y contradicciones altamente complejos chisporroteando con alegría entre nuestras neuronas; personas cuyos recuerdos y memorias y olvidos se acumulan en los pliegues de nuestros lóbulos frontales, sentimos (sí, sentimos), con grandísimo regocijo, que en dicha anomalía digital, en dicha falla de programación binaria, podemos detectar el néctar mágico del arte, la misteriosa genialidad de las simbologías ocultas y el arquetipo más profundo del ser humano actual. Hete aquí otro ultrarretruécano: una IA ha sabido plasmar, mejor que nosotros mismos, nuestra más íntima esencia. Los humanos, por tanto, debemos arrodillarnos ante tal acontecimiento y asentir, asentir, resignadamente asentir y, después, copiar lo que un robot informático nos acaba de develar: ¡ya, Úlfur Guðmunsson, entra en acción! ¿Qué será lo próximo? : : : :_________
: : : : : En los siguientes epígrafes podréis ver diferentes cuadros de dicho pintor. Debajo de ellos he traducido y transcrito el título (desde el islandés) usando nuestra IA de mayor confianza: Google Translate. Además, he añadido unas frases y reflexiones propias que siempre se me vienen a la mente cuando los observo. ¡Disfrutadlo! (Por cierto, las obras de Guðmunsson están en venta sólo en formato NFT: ese es su único soporte de trabajo) : : : : :__________
II

_k_ / Un carköztìde penetra en la membrana espacial del tiempo sin ángulos ni vectores. Ha venido para esparcir las esporas del carbonácido líquido. Observa la inmensidad verde de la distancia infinita. Se conmueve por la vibración interminable de las partículas que tiritan; mientras, ello y ellas flotan en la gélida nada. El carköztìde halla su destino final en una ruinosa estación sin luz ni aire. Mira hacia atrás, ve un punto amarillo muy lejano que cada vez se mezcla más y más con la negrura y huele la rotación de los asteroides con sus dedos. La oscuridad agarra su rostro gaseoso y le besa el exoesqueleto. Una sustancia desconocida brota de su orificio branquial monorístico derecho. Ello lo ignora, pero ese líquido incoloro sabe a las aguas de un océano extraterrestre ubicado en un planeta que jamás visitará / __k__ [TÍTULO ORIGINAL: Andrómedan sorg]

__kk__ // Ello obliga a un anciano a beber café, todos los días, a las seis de la mañana. Mientras, una urna de cristal se halla ante él. De repente, se percata de que hoy sus encías, su lengua y sus pocos dientes podridos se han soldado definitivamente con su endeble paladar. Sus labios, asimismo, se han diluido entre la lisura arrugada del pequeño mentón. Entonces, ello activa el protocolo de emergencia y obliga al anciano a inyectarse el café vía ocular. El anciano sufre sobremanera, pero al final consigue beberse con los ojos el líquido. Aquí observamos la segunda taza imperativa, minutos antes de contribuir al insomnio y a la soledad del viejo. Sus cartílagos crujen bajo el silencio // ___kk___ [TÍTULO ORIGINAL: Gamall aldur]

___kkk___ /// X’j> nunca será conocido. Pasarán los milenios y, en el último instante del sistema planetario, su leve memoria se desintegrará entre la colisión del sol y la tierra y el colapso volcánico-meteorítico del mundo. Ya no existirá aquel verso que extrajo del lenguaje, como un cantero afanoso, el lejano día 11 de agosto del 2022. Nada ni nadie sabe por qué, pero así será. ¡Tantas horas arrojadas a un desfiladero! ¡Tanto esfuerzo mental ametrallado por la potencia irreprimible de la naturaleza! Lo que le importa a un ser humano es insignificante al lado de los procesos magnánimos de la realidad y su devenir. Sin embargo, ¡con qué afán se apresuran en prodigar y realizar sus íntimas nimiedades, sus cosas tiernamente queridas, mientras ignoran la verdadera relevancia de tales acciones o ilusiones, que es cero! En el mejor de los casos, algunos humanos lograrán entusiasmar a un pequeño grupo de otros humanos, pero poco más. Mientras tanto, ellos seguirán pensando que sus ambiciones, sueños, aficiones y pequeñas miserias son todo un universo seductor e inabarcable, tan grande como cien mil planetas jupiterinos puestos en hilera o como diez mil galaxias de altura y anchura extratemporales. Se equivocan. Todo lo que concierne a ellos es nada. El poeta anónimo que llora piensa estas cosas mientras sostiene un libro frente a su carne deformada por la derrota. Se ha desecho de su propia hauntología trascendental, tan pesada y desagradable como mil quintales de acero. Al fin, ha despertado, pero su rostro y sus manos se asemejan a una corona de lombrices derritida /// ____kkkk____ [TÍTULO ORIGINAL: Grátur nafnlauss skálds]
III

_k_ / Tres briznas de hierba imitan al acero en un paraje desértico terrestre dentro de dos mil millones de años. Esas brizas no saben que las miramos. La luna las cuida en la distancia como si fueran pequeños prodigios o amapolas rodeadas de fuego. Dentro de cien mil millones de milenios, el planeta ya no se llamará <tierra> sino <Lóggkrïhacj>. Los seres raizoides conseguirán separar sus pies de lo hondo del terreno. Eso será como volver a inventar la escritura. Se levantarán. Ignorarán que alguien, en la infinitud temporal precedente, ha profetizado su existencia. Ignorarán, también, que ese alguien ha tenido (tiene) una imagen de sus ancestros más remotos. Ignorarán que ese alguien, en algún momento (en este momento), la está observando (la ha observado) / __k__ [TÍTULO ORIGINAL: Adam, Eva, Guð]

__kk__ // Una pata que deviene mano humana. Las barreras entre las especies se van rompiendo. Hoy, alguien desea ser perroide para poder amar en identidad homogénea a su caniche favorito. El sol, por tanto, pulula como una luciérnaga entre nuestras pestañas verdes. El genoma ya no es genoma sino un plurigenoma transmutable en musgo. Las piedras pueden ser estadios de fútbol. El arroz puede entrañar doscientos atardeceres. Un beso puede llevar aparejado algunas tuercas oxidadas del siglo XIX. La calma deviene en avestruces. La mar está brava y me golpea duramente en el interior de cada una de las mitocondrias // ___kk___ [TÍTULO ORIGINAL: Brotið á kjarnanum]

___kkk___ /// ¿De quién es este cráneo deformado que nos traen las olas? En él vemos que la disidencia siempre se halla entre la arena y el mar, id est, entre la aniquilación <muerte, océano> y la existencia <vida, tierra>. Nosotros estamos del lado de la vida, posamos nuestros pies en la orilla blanda y hundimos nuestros dedos hacia las entrañas del mundo. La calavera maltrecha viene y nos incita a acogerla, pero no sabemos si es lo deseable. La escisión como modus ético y el silencio como modus ontológico hace que observemos lo deleitoso con una navaja en cada una de nuestras córneas. También sabemos que lo disidente se halla siempre en el borde de un precipicio, con un pie hundido en él. Liminalidad radical. La disidencia es una manera de sortear la muerte aun sabiendo que, por mantenerse ahí, la gran guadaña vendrá algún día para aniquilarlo todo. Oíd: sólo ser un espectro apilado sobre espectros, sobre espectros, sobre espectros… /// ____kkkk____ [TÍTULO ORIGINAL: Hvað færði ekkert]
IV
***Nada más que decir sobre Úlfur Guðmunsson y su arte. Muchos de sus cuadros me chillan aún desde las retinas, pero no los comentaré aquí ya que no quiero abarrotar la página en exceso. Hay uno que me encanta que se llama \\\<Delfines de yogur>, <Delfines de yogur>, <Delfines de yogur>. Os invito a echarle un ojo \\\**********
D. G. L.